En los librillos de papel de fumar había antiguamente una hojilla de color rojo, que anunciaba que los papelillos estaban acabándose. La hoja roja es también una novela de M. Delibes. Hace ya 12 años que Miguel Delibes anunció que su hoja roja ya había aparecido y, que su novela "El hereje" sería la última, ya no escribiría más. De este modo nos anunció a todos su muerte literaria, la física nos sacudió a todos cuando temprano madrugaba el viernes 13 de marzo de 2010.
Es difícil, muy difícil, encontrar un lector de español que no haya leído algo de Delibes. Son muchos los que en el Bachillerato descubrieron a Daniel el Mochuelo, a Roque el Moñigo y a Germán el Tiñoso. ¿Quién no se emocionó con Lola Herrera, la pobre Carmen, incapaz de entender nada, en "Cinco horas von Mario"?.
Todos descubrimos en "Las ratas", visión trágica de un pueblo castellano, el drama de una Castilla rural, grande en su misería. Esta misma España que nos aparece brutalmente en "Los santos inocentes", implacable drama social reflejo de una época no tan lejana, con unos personajes: Azarías, Régula, Paco, el señorito Iván, de trazo grueso, descritos con rotulador de punta fina, empleando como siempre un castellano cultísimo y exquisito. ¿Cómo olvidarse de la versión fílmica en la que un impresionante Paco Rabal dice aquello de "milana bonita"?.
No quiero rematar sin recordar su novela "Señora de rojo sobre fondo gris" en la que aparece mucho exorcismo terapéutico, evocando la figura de Ángeles, su mujer de toda la vida, a la que calificó como "la mejor mitad de mi mismo", que había fallecido años antes dejando al escritor sumido en una profunda depresión.
Hoy es el propio Delibes, el que deja sumida a toda la literatura en lengua española, en una pesarosa depresión, por el más exquisito escritor en lengua castellana.
Es difícil, muy difícil, encontrar un lector de español que no haya leído algo de Delibes. Son muchos los que en el Bachillerato descubrieron a Daniel el Mochuelo, a Roque el Moñigo y a Germán el Tiñoso. ¿Quién no se emocionó con Lola Herrera, la pobre Carmen, incapaz de entender nada, en "Cinco horas von Mario"?.
Todos descubrimos en "Las ratas", visión trágica de un pueblo castellano, el drama de una Castilla rural, grande en su misería. Esta misma España que nos aparece brutalmente en "Los santos inocentes", implacable drama social reflejo de una época no tan lejana, con unos personajes: Azarías, Régula, Paco, el señorito Iván, de trazo grueso, descritos con rotulador de punta fina, empleando como siempre un castellano cultísimo y exquisito. ¿Cómo olvidarse de la versión fílmica en la que un impresionante Paco Rabal dice aquello de "milana bonita"?.
No quiero rematar sin recordar su novela "Señora de rojo sobre fondo gris" en la que aparece mucho exorcismo terapéutico, evocando la figura de Ángeles, su mujer de toda la vida, a la que calificó como "la mejor mitad de mi mismo", que había fallecido años antes dejando al escritor sumido en una profunda depresión.
Hoy es el propio Delibes, el que deja sumida a toda la literatura en lengua española, en una pesarosa depresión, por el más exquisito escritor en lengua castellana.
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